Mi nombre es Marian Cuevas y soy profesora de certificados de profesionalidad, sobre todo de los de la familia profesional denominada administración y gestión y de algunos de comercio y marketing. Éste año he colaborado con la empresa CDM impartiendo el certificado de Gestión integrada de recursos humanos.
El contenido del curso es bastante amplio, de hecho el certificado dura 670 horas, repartidas en 4 módulos formativos: uno tiene que ver con la contratación y legislación, otro con actividades propias de un departamento de recurso humanos, otro de archivo y un último de informática.
Intento hacer el desarrollo del curso lo más práctico posible y algunos módulos me lo permiten más que los otros porque el que trata de legislación no hay más remedio que leer leyes que tengan que ver con la materia. Ello no quita que se puedan hacer casos prácticos, pero para resolverlos hay que ceñirse a leyes sí o sí.
En el módulo de gestión de recursos humanos sí que da pie a poder hacerlo más ameno y más entretenido y por experiencia en otros cursos suele resultar interesante para los alumn@s y luego que se aprende muy fácilmente los distintos conceptos.
Una de las prácticas que hago es que cuando estamos en la parte del proceso de selección hacemos un simulacro de selección. Entonces l@s alumn@s elaboran un C.V. ficticio acorde a unos puestos de trabajo que previamente hemos definido y concretado y responden a los anuncios de demanda de empleados también ficticios. El grupo total de alumn@s que haya en la clase se organiza de manera que hacen de entrevistadores, pero a la vez también son entrevistados y así practicamos los dos lados o ámbitos de los recursos humanos.
Éste año tuve la oportunidad de hacer otro tipo de dinámica posterior a la anteriormente mencionada. A la vez que yo impartía este certificado, estaba impartiéndose otro certificado de cliente, consumidor y usuario , impartido por María Rus, y en uno de los descansos en los que coincidimos hablamos de hacer un simulacro “real” entre sus alumnas como entrevistadas y mis alumnas como entrevistadoras. Así a unas les servía como toma de contacto para saber cómo afrontar una entrevista de trabajo y a mis alumnas para practicar con gente que desconocía todo lo aprendido en el aula.
La experiencia resultó muy positiva, les gustó mucho a todas las alumnas de ambos grupos y de hecho alguna posteriormente comentó que había agradecido los comentarios hechos para mejorar el comportamiento en una entrevista y que, de hecho, los aplicó en una entrevista real donde la cogieron para el puesto. Seguramente gracias a haber puesto en práctica algunos de los conocimientos aprendidos en el curso.
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