La arquitectura bioclimática es una forma de abordar la construcción con criterios de eficiencia y ahorro energético desde el principio. Se trata de ahorrar energía y emisiones en la excavación, construcción, uso y deconstrucción del edificio, es decir, en toda su vida útil. Evidentemente, las Energías Renovables son la mejor opción para cubrir las demandas de confort térmico y de electricidad de una vivienda, pero mucho mejor aun es que esas demandas sean bajas.
Según un reciente estudio, cada madrileño destinamos el 40% de la energía total que consumimos en nuestro día a día a cubrir esas demandas en el sector vivienda. Por ello, todas las actuaciones que se acometan en las viviendas encaminadas a reducir esas demandas serán una importante fuente de energía negativa. Es decir, pasaríamos a hablar del concepto “Negavatio”, entendido como el watio no consumido.
El mismo estudio citado refleja que ahorros en el sector vivienda de un 10% supondrían un ahorro de energía equivalente al 300% de la energía generada con Renovables. Vemos la importancia de generar esos Negavatios. Y aquí es donde la construcción bioclimática puede aportar lucidez y recursos.
El pasado 14 de julio fuimos a conocer el Centro de Recursos de Educación Ambiental que el Ayto. de Pozuelo de Alarcón inauguró hace unos 10 años junto al Parque Forestal.
Se trata de un edificio concebido desde el principio con criterios de ahorro energético. En su construcción se ha empleado parte de la tierra obtenida en la excavación y explanación del terreno para construirlo. Con esta tierra, tras verificar mediante ensayos, que cumple con los requisitos de resistencia, hidrofugicidad, etc, se fabricaron los “Bloques de Tierra Comprimida”, una especie de ladrillos sin cocción. Con estos ladrillos se levantaron los muros de la fachada norte y con la propia tierra, mediante técnica de “tapial” se levantaron parte de los cerramientos.
Con esta acción se evitó la extracción de un buen número de camiones de tierra, su transporte a vertedero, la entrada de nuevos materiales, el gasto de energía en su cocción, etc. Así, ya se empezó a ahorrando energía y evitando emisiones desde las primeras fases.
Para captar toda la energía solar posible en invierno, el edifico cuenta con unos grandes ventanales orientados al Sur que permiten la entrada de sol y calientan una zona de “invernadero adosado”. Para evitar que la temperatura se eleve demasiado en primavera y verano, se construyeron aleros que impiden la entrada del sol a partir de cierta época del año.
Para refrigerar se emplean estrategias de circulación natural de aire. Haciendo entrar aire fresco procedente del subsuelo gracias a que el edificio está parcialmente elevado dejando una “cámara fresca subterránea” por la que se hace circular el aire, refrescándose y haciéndose luego entrar al edifico a través de unas tobera o chimeneas estratégicamente ubicadas. El aire caliente del interior escapa a través de unas “chimeneas solares” que provocan absorción de calor y salida hacia el exterior.
Además, el edifico cuenta con numerosas estrategias de acondicionamiento pasivo que reducen al mínimo las demandas de electricidad, calor y climatización para su confort. Algunas de ellas son los muros Trombe, patios de sombras, corredores-invernadero, muros y suelos con gran inercia térmica, etc.
El edificio gestiona igualmente las aguas pluviales utilizándolas para las cisternas de los servicios y para el riego de las plantas que integran las cubiertas verdes. Un pequeño molino multipala mecánico se encarga de los bombeos y un sistema de fitodepuración (depuración mediante plantas) completa este conjunto.
Al final, aunque con todas estas estrategias pasivas hemos reducido mucho las necesidades energéticas, en nuestro clima necesitaremos apoyo de energía externa para conseguir cubrir esas demandas. Las de electricidad se cubren con un aerogenerador y dos grupos de paneles fotovoltaicos. Las térmicas con captadores solares de tubo de vacío y caldera de biomasa.
Para recarga de vehículos eléctricos de servicio en el propio parque y las baterías de bicicletas con apoyo eléctrico que se pueden alquilar en el Centro, se emplea otro grupo de paneles fotovoltaicos situado a la entrada del Complejo. Igualmente para cubrir los consumos del sistema de depuración de aguas por radiaciones ultravioleta.
En resumen, en la visita aprendimos que la energía realmente más limpia es la que no se consume, y después entraremos con Renovables para completar las demandas a cubrir.
Agradecemos a Antonio Cano, director del Centro que se quedó fuera de su horario de trabajo para recibirnos y para regalarnos a cada uno un magnífico libro que compendia y explica todas las estrategias bioclimáticas aplicadas en el edificio.