A finales de julio concluimos el curso de certificado de profesionalidad de Producción en Laboratorio de Imagen (IMST0210). Se trata de un curso que se plantea como una visión absolutamente global del mundo de la fotografía.

Se comienzan a sentando las bases de la teoría fotográfica, corrigiendo errores comunes y dudas extendidas, y se va descubriendo, mediante la práctica, cómo funciona el proceso fotográfico.

Un punto a favor de este curso, es el trabajo en el laboratorio fotográfico, que aunque pueda parecer algo obsoleto, es no sólo una manera de descubrir la fotografía más ‘auténtica’, si no, además, un punto extra profesional de cara al mundo laboral, ya que actualmente es muy común que todo el mundo haga fotos, pero no tan corriente que alguien se desenvuelva en un laboratorio fotoquímico.

No obstante, no sólo vemos el laboratorio fotográfico durante el curso. Ya que desde que doy estos cursos me los planteo como un puente hacia el mundo laboral, actualizo cada año los programas de los mismo, para que sean lo más ‘reales’ posibles, y estén lo más adaptados al mercado actual, por lo tanto la fotografía digital y los programas informáticos de edición son otro de los ejes del curso. Es importante tener a alguien que se mueva en el mundo laboral de la fotografía indicándote los pros y contras del mismo, ya que en mi humilde opinión, hay demasiado profe que no ha abandonado nunca la universidad.

También me planteo varias salidas durante el curso, a ver exposiciones o a hacer reportajes, para no anclarnos al aula todos los días, de esta manera el curso se ameniza, aunque claro, ya de por sí, un curso de fotografía es algo bastante atractivo.

Este año, entramos al mundo de la iluminación de estudio y exterior, y los alumnos de Laboratorio se volcaron en los atrezzos, disfrazándose de mil cosas. Aunque la mayor aventura de este año será recordada por la salida a hacer fotos nocturnas en Domingo Pérez, Toledo, donde en lugar de estrellas… ¡Pillamos una enorme tormenta eléctrica!

Sin duda, éste ha sido un duro año de trabajo, con dos cursos de fotografía, pero ambos han pasado casi sin darnos cuenta, y de ello son responsables los alumnos, quienes, no sólo han mejorado en su manera de hacer fotografías, si no que estoy convencido de que llegarán muy lejos en cualquier campo laboral que se propongan ya que son unas personas maravillosas, a las que deseo la mejor suerte.