En nuestro trabajo como proyectista-instalador de energía solar es muy habitual tener que movernos por azoteas y cubiertas inclinadas, bien en edificios en obra o ya terminados.

Para poder afinar bien el dimensionado y el proyecto necesitamos datos concretos sobre pendientes, obstáculos que pudieran proyectar sombra sobre los paneles, orientaciones, puntos fuertes para fijar estructuras, etc y la mejor manera de obtener esta información suele ser ir a hacer las mediciones in situ.

Tras el trabajo de oficina pasaremos a la fase de “replanteo” o trazado sobre el terreno de la posición exacta de los paneles definida en los planos.

En estos dos momentos de nuestro oficio resulta imprescindible saber movernos con soltura y seguridad sobre estas superficies a menudo no diseñadas para ser transitadas.

Esta semana hemos estado practicando con arneses, cuerdas, etc para aprender las técnicas y maniobras básicas de autoprotección para trabajos en altura.

Empezamos colocándonos correctamente y ajustándonos el arnés para que en caso de caída nos frene de manera” lo menos traumática posible”.

Después montamos unas “líneas de vida” con cuerdas estáticas. Las líneas de vida son instalaciones con cuerdas o cables de acero fuertemente ancladas en sus extremos y a través de las cuales nos iremos moviendo con un pequeño tramo de cuerda fijada al arnés cuya longitud nos permite trabajar en la cubierta pero no llegar al borde y poder caer.

Las líneas de vida van fijadas a puntos fuertes de las cubiertas y se anclan a ellas mediante un sistema conocido como triángulos de fuerzas. Lo que se consigue con estos triángulos de fuerzas es que en caso de caída o de someter a la línea de vida a un esfuerzo, éste se distribuye por igual en al menos dos puntos, repartiendo el “tirón” de manera homogénea y aumentando así la seguridad del anclaje.

Instalamos nuestra línea de vida a lo largo de una barandilla del patio y estuvimos practicando la maniobra de cambio del anclaje de nuesta cuerda del arnés cuando nos encontrábamos con un obstáculo. El conocimiento de esta maniobra es básico para garantizar la seguridad cuando tenemos que pasar la cuerda de seguridad de un lado a otro de un obstáculo, una chimenea, una viga, etc y no quedar desprotegidos justo en ese momento en el que nos tenemos que desenganchar de la cuerda de seguridad.

Utilizamos como zona de prácticas los patios interiores y las escaleras de emergencia del edificio en el que damos las clases. 

Aprendimos a hacer nudos como el “ocho”, nudo de “mariposa” etc y los más osados se atrevieron a quedarse colgados del arnés para experimentar qué se siente en caso de eso nos ocurra. Esperemos no tener que vivir esa parte de lo aprendido en las prácticas de estos días.