Si cuidas no sujetes…

Hace unas semanas, el grupo del curso de “Atención Sociosanitaria a personas Dependientes en Instituciones Sociales” del que soy docente en el centro CDM de Morata de Tajuña, hicimos una visita didáctica a un centro sociosanitario del grupo Amavir.

Como todos los del grupo, es un centro libre de sujeciones; quería que mis alumnos vieran con sus propios ojos todo lo que yo les había explicado referente al uso de sujeciones, físicas y químicas, en el ámbito sociosanitaro.

Cuando abordamos este tema en las clases, me suele ocurrir que los alumnos se
muestran escépticos ante la posibilidad de cuidar sin ningún tipo se sujeción. Los que han trabajado en el sector, no conciben que esto pueda ser posible y los que nunca lo han hecho, tienen referencias de conocidos o familiares que les inducen a pensar lo mismo.

Nos recibió Carolina, una fisioterapeuta encargada del proyecto libre de sujeciones en el centro. Nos explicó cómo había sido el proceso de eliminación de sujeciones, cómo habían ido adaptando las condiciones del centro, la organización del trabajo, la concienciación de los familiares, la implicación del equipo… Los alumnos quedaron maravillados.

Después pudimos ver in situ a los residentes viviendo libres, sin ningún tipo de atadura ni contención. Daba igual el nivel de dependencia que tuvieran, eran libres.

Es otra forma de concebir el cuidado, más digna, más humana… y eso se respira.

Yo siempre les digo: ¿por qué cuanto tenemos un niño travieso o que no ha aprendido a caminar no le atamos para que no se haga daño? La respuesta es sencilla: porque buscamos otras alternativas para cuidarle sin que se dañe: adaptamos el entorno a sus necesidades (tapamos los enchufes, ponemos colchonetas en el suelo… ).

Exactamente en eso consiste cuidar a las personas dependientes sin ataduras: en hacer de su entorno un espacio adaptado a sus necesidades en el que pueda moverse libremente sin hacerse daño (si se cae de la cama ponemos la cama a nivel del suelo y colchonetas en el mismo; si se cae de la silla, cortaremos las patas traseras de manera que no pueda caer hacia delante, les dejaremos descansar en un sillón muy bajo, protegeremos el suelo, las esquinas… Si está muy nervioso le colocaremos distracciones que le relajen; si tiene mucho riesgo de caída al deambular le colocaremos protectores en cabeza y caderas…, en fin, mil y una recetas únicas para cada usuario y sus necesidades particulares.

Existen muchos centros libres de sujeciones. Desgraciadamente en España muchos menos de los que sería deseable; el motivo es, sobre todo, la desinformación y también el hecho de que en España no existe legislación al respecto y se deja a elección del centro si aplica o no sujeciones.

Si se quiere, se puede. Así lo demuestran todos los centros que ya están funcionando sin ataduras. Y los resultados no pueden ser mejores: cuando se le quitan las sujeciones a una persona que ha estado atada, la persona reaparece. Las sujeciones tienen efectos adversos que son mucho más dañinos que el riesgo de caída. Se justifican para protegerles de caídas, para controlar sus crisis de agitación, se alude que es más fácil el trabajo, que no se hacen daño, que los familiares lo piden (lo piden porque no conocen otra opción), que hace falta más personal, que no se enteran (los enfermos con alteraciones cognitivas SI SE ENTERAN, su estado de agitación aumenta considerablemente cuando se les sujeta).

Son mitos.

En realidad, las sujeciones provocan: laceraciones, estrangulamientos, UPP, declive de su estado cognitivo (cuando perciben que ya nada pueden hacer para moverse se abandonan a su suerte y se anulan como persona), aumento de la desorientación, ansiedad, agitación, depresión…

¿Todo esto para que no se caigan? Datos objetivos de distintos estudios realizados demuestran que el número de caídas después de eliminar las sujeciones no aumenta sino que disminuye y que los centros donde se utilizan sujeciones experimentan mayor incidencia de lesiones graves tras una caída.

Pudimos comprobar en nuestra visita que realmente es posible; que no es un aumento de medios ni un gasto excesivo para los centros, solo es aplicar una filosofía. Un forma de cuidar basada en el respeto a la persona y a su dignidad que requiere el compromiso de los que trabajan y de los familiares, que implica asumir ciertos riesgos, pero riesgos CONTROLADOS.

Siempre que puedo hago una visita de este tipo con mis alumnos, es mi granito de arena con el que quiero colaborar a mejorar la atención sociosanitaria y a defender la dignidad de las personas.

Eliminando sujeciones la persona aparece, no está anulada, hay que estar más atento a sus necesidades y cuidarles. Es la esencia de nuestro trabajo.

Belén Sánchez Sánchez
Docente de Grupo CDM

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